La fotografía es vida, fotografiamos para capturar momentos, ideas, sentimientos. Así los recuerdos perduran en el tiempo y podemos acudir a ellos siempre que queramos. Hace unos años no concebíamos el viajar sin nuestra cámara de carrete, ante la que gritábamos “¡patata!” y con la que acudíamos a la vuelta de las vacaciones hasta la tienda de fotos, ansiosos por ver nuestro verano revelado. Cuando al fin teníamos el taco de fotos en nuestras manos nos dedicábamos a colocarlas en los álbumes y ahí se quedaban (y se quedaron), cogiendo ese tono amarillento y olor a papel.
Luego, aparecieron las cámaras digitales con las que nos parecía increíble poder ver el resultado al instante sobre aquella pequeña pantalla. Aunque algunos, los más románticos, seguisteis fieles a la analógica. Y así llegaron a nuestras vidas los móviles inteligentes y se hicieron con el monopolio. Fotos fáciles de hacer, aparato ligero y cámara con una definición bastante aceptable … ¿cómo no íbamos a caer rendidos?. En esta nueva era de la fotografía nos aficionamos a capturar no sólo los veranos y momentos excepcionales de nuestra vida sino también aquellos cotidianos y banales, sobre todo los relacionados con las comidas. Desayunos coloridos, platos deliciosos y bonitos montajes (porque claro, lo que no es aparente no gusta tanto) invadieron la galería e Instagram se convirtió en el sustituto de los álbumes de antaño, una nueva herramienta para expresarnos y exhibirnos.
Nosotros, de forma amateur, lo hacemos como mejor sabemos pero, ¿te apetece conocer a los que han hecho de ello su profesión?.
Otras fotografías de comida, 6 estilos.
Seis fotógrafos cuyo trabajo hace reír, pensar, saborear y, sobre todo, disfrutar:
Francesco Tonelli
A Francesco la vocación de fotógrafo le vino trabajando en la cocina, empleo que le permitió viajar por gran parte de Europa y compaginarlo con su faceta de profesor de artes culinarias.
Hoy, desde su estudio newyorkino, combina ambas facetas con la de fotógrafo. Ha trabajado en los libros de cocina de Daniel Humm y Jean-Georges Vongerichten, como también en numerosas campañas publicitarias: Mandarin Oriental, Mars, PepsiCo, Burger King …
Francesco Tonelli es ‘movimiento’.
Penny de los Santos
En este caso ocurre lo mismo que en el anterior: estudió una carrera, pero no fotografía. Penny, nacida en Alemania, se mudó pronto a Estados Unidos donde se matriculó como periodista en la Universidad de Texas A&M. Más tarde comenzó a colaborar en el periódico San José Mercury a lo que le siguieron trabajos para la revista Saveur por los que recorrió más de 30 países. En el 2009 llegó su blog , y en la actualidad publica sus fotografías en revistas como el Time, Sports Illustrated, Newsweek o National Geographic.
Penny es ‘origen’.
Matt Armendariz
Seguimos en Estados Unidos, que parece ser el país estrella para formarse como fotógrafo en general, y como uno gastronómico en particular. Matt lleva más de 20 años en este mundo, aunque sus primeros pasos los dio como diseñador gráfico y director de arte, pero al final, una cosa le llevó a la otra y cuando cogió la cámara entendió la magia que ella guarda.
En su página Matt Bites podéis ver su trabajo en detalle.
Matt Armendariz es ‘profundidad’.
Beth Galton
Beth es una experta de la disciplina, ella fusiona la fotografía con el arte moderno y lo que hace cada temporada siempre te sorprende. Es lo que ocurre con una de sus últimas series en la que descubre los alimentos cortados por la mitad, mostrando así otra perspectiva tan poco común pero que buscamos cuando mordemos.
Como sus compañeros, ha colaborado con numerosas revistas y agencias de publicidad, sin embargo, en los últimos tiempos, se dedica en profundidad al videoarte. Sus obras han sido expuestas en museos y ferias.
Beth es ‘vida’.
Carl Warner
Observar las fotografías de Carl Warner es como introducirse en los mundos oníricos de Lewis Carrol o Tim Burton. Las verduras se convierten en montañas, las frutas en barcos y el pan en canteras. Todo comenzó en 1998 cuando, paseando entre los puestos de un mercado, se imaginó a un champiñón portobello como una especie de árbol en un mundo alienígena. Desde ese momento no pudo parar de hacer composiciones surrealistas y hoy sus obras se pueden ver en prácticamente todas las partes del mundo.
Además, su arte ha servido como ejemplo para promocionar e impulsar el hábito de una alimentación saludable en escuelas, clínicas de obesidad y hospitales infantiles.
Carl es ‘fantasía’.
Francesc Guillaumet
Terminamos con un español, el único de la lista. Francesc, todo un veterano, lleva dedicado al estilismo fotográfico más de dos décadas. Pero si hay que destacar un trabajo de entre todos los que ha hecho hasta el momento, creo que sería la maravillosa colaboración con El Bulli. Se convirtió en el fotógrafo de cabecera de Ferrán Adrià y juntos sacaron a la luz libros que son auténticos tesoros como “Comer en Arte. Una visión fotográfica de Ferrán Adrià” , “El Bulli. El Sabor del Mediterràni” o “Los postres de elBulli“.
Sin olvidar sus trabajos con Joan Roca (La Cucina), Carme Ruscalleda (Del Plat a la Vida) o Paco Torreblanca.
Francesc es ‘elegancia’.
¿Con cuál te quedas?.